En las operaciones de equity crowdfunding se constituye una sociedad limitada entre el promotor y los inversores en función del porcentaje de capital aportado. Es decir, el inversor se convierte en co-promotor y es accionista de la sociedad encargada del desarrollo de la promoción inmobiliaria. Una vez finalizada la promoción y cumplidas las obligaciones legales y fiscales, la sociedad reparte los beneficios en forma de dividendos a los accionistas y el inversor cobra según su porcentaje de participación en la sociedad. A diferencia de las operaciones de tipo préstamo, los retrasos en la ejecución del proyecto es un riesgo que asume el inversor como co-promotor y no devengan intereses de demora.