Los operaciones de crowdfunding inmobiliario de tipo «préstamo» tienen un calendario de pagos, de forma que el inversor tiene certeza sobre las fechas en que se cobrará el capital y los intereses. En caso de retraso en el pago en la fecha pactada, el prestatario suele estar obligado a abonar al inversor intereses de demora.
Por el contrario, en las operaciones de tipo «equity» el inversor se convierte en co-promotor del desarrollo inmobiliario que financia. No existe una calendario de pagos inicialmente establecido en el momento de realizar la inversión. El inversor asume los retrasos hasta que el activo entre en explotación o se produzca la venta la venta del activo a un tercero. La sociedad es la encargada de alquilar el activo, gestionar el cobro de los recibos y abonar en forma de dividendos (mensuales, trimestrales o anuales) a los inversores/accionistas la parte proporcional en función de su participación en la sociedad.